Entre el 2100 y el 1400 a a. C. vivió una rica y misteriosa civilización en la isla de Creta.
Sufrió numerosos desastres de los que consiguió renacer como de un auténtico "ave fénix". Hacia el 1750 a. C. un terremoto destruyó los palacios que fueron reconstruídos y embellecidos. Tres siglos después sufrieron una erupción volcánica de un isla cercana que provocó devastadores maremotos. Finalmente Creta sufrió la invasión de otros pueblos como los micénicos.
Incluso del olvido a la que le castigaron los años, hasta que en 1894 un inglés, sir Arthur Evans, realizó unas excavaciones en las que sacó a la luz tres palacios y dos ciudades que evidenciaban un a sociedad rica y original.
Evans situó en Cnossos el legendario palacio del rey Minos, aunque aún hoy no sepamos cual fuera realmente.
Los muros de estos palacios estaban repletos de frescos coloreados que representaban mujeres, flores, procesiones, acróbatas con toros o escenas marinas. En sus almacenes se han encontrado vasijas llenas de aceite y cereales, joyas de precisión y refinamiento, armas y estatuillas de divinidades o sacerdotisas que sujetaban palomas o serpientes. (Tomado de: http://www.sacred-destinations.com/greece/knossos)
La economía de los cretenses se centraban en la cría del ganado, la pesca y la agricultura en un marco de auténtico urbanismo, el primero en Europa (Recordad que las ciudades habían nacido en Asia y África). Éstas tenían calles pavimentadas, plazas, barrios y alcantarillado.
Teodoro Fernández
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