Roma no hubiera sido protagonista de la historia antigua sin
su ejército, y eso que paso gran parte de su desarrollo sin un ejército profesional. Durante la República el ejército era el camino necesario para
cualquier político y en época imperial se encuentran pocos emperadores que no
hubieran sido soldados.
EL SENADO Y EL PUEBLO DE ROMA, el nombre del estado romano.
El Águila (animal que simboliza a Júpiter) adoptado desde la reforma de Mario, 100 a. C.
El ejército romano no iba dirigido a esclavos, criminales o
vividores; era un ejército de prestigio, de buenos ciudadanos romanos.
Para ello había que cumplir una serie de requisitos básicos:
- Las legiones sólo admiten a ciudadanos romanos. Peregrinos (no
ciudadanos) eran reclutados para los cuerpos auxiliares.
El aspirante a legionario debe estar soltero; o si no lo
está y se enrola, declara unilateralmente el divorcio.
- Los reclutas deben gozar de buena salud y no tener mermada
su integridad corporal. A ello se debe unir la procedencia profesional de
empleos especializados (herreros, carniceros, albañiles…) Sobre todo deben
tener todos los dedos de las manos. A ello se añade una buena vista, o al menos
que no esté mermada.
- Los requisitos mínimos de altura son de 5 pies y diez
pulgadas (es decir 1,70 metros), aunque puede haber excepciones si se es
robusto.
- Se debe demostrar la masculinidad con la integridad de los
genitales, por lo que mujeres y eunucos lo tienen difícil. En época de Trajano
se permitió la recluta de aquellos que tuvieran un solo testículo.
- Tener un adecuado historial ciudadano; aunque a veces se
puedan olvidar deslices como pequeños delitos. Pero no se permite la presencia
de convictos o desterrados. Es más se aconseja un buen carácter y adecuados
contactos, que incluso faciliten alguna carta de recomendación o referencias.
En definitiva formar parte de la legión supone prestigio y
es un auténtico privilegio, además de asegurar una paga durante dos décadas,
una auténtica familia, diversión y ocupación garantizada, además de
alimentación y cuidados: ROMA SIEMPRE VELA POR LOS SUYOS.
Si se cumplen estos requisitos, a partir de la carta de
recomendación, deben pasar unas pruebas, realizar el juramento e identificarse antes de ser verdaderos legionarios de las águilas cuando se incorpore a su unidad.
A partir de entonces la Legión será la única familia del soldado durante 25 años. Ojalá que no se
licencia con la fórmula “Mortuus est”, es una licencia alternativa y demasiado
rápida.
Teodoro Fernández
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