Entre páginas: EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ, de Jonas Jonasson

La literatura sueca nos tiene acostumbrados a una temática negra y detectivesca en la que la sátira y el humor no tenían cabida. Jonasson nos demuestra lo contrario ya desde el título del libro. Efectivamente, un viejo, un anciano, un abuelo en el sentido amplio del término huye de la residencia en la que se encuentra para no asistir a su fiesta de cumpleaños. Cien años en los que ha vivido el ascenso de los fascismos, la guerra civil española, la invención de la bomba atómica, la guerra fría, la guerra civil china, la represión stalinista... es decir, toda la segunda mitad del siglo XIX. Y en esos acontecimientos Alan Carlson, nuestro centenario abuelo, ha tenido algo que decir y no poco importante. 
La huída juega un papel importante al servir de nexo de unión, como una road movie a distintos personajes que encuentran su pequeño protagonismo en torno a una maleta repleta de coronas suecas. La muerte, no accidental, de los supuestos dueños y la persecución policial se mezclan con la historia personal de Carlson, marcada por su carácter ácrata, individual, personalista pero a la vez solidario y dispuesto a ayudar al que se lo pida amablemente. Sólo le molesta la mala educación y la ausencia de un buen licor.



A través de la biografía de su protagonista el libro nos relata como sobrevivió a las técnicas eugenésicas y de esterilización, inspiradas en las teorías racistas del gobierno sueco de la década de los treinta, como salvó a Franco de un atentado, como ayudó a la invención de la bomba atómica, como salvó a la mujer de Mao, como fue secuestrado por los soviéticos,como destruyó la ciudad de Valdivostok y su gulag, como salvó a Churchill.... cómo intimó con Petain, y cómo a través de su amistad con el hermanastro "no demasiado listo" de Einstein adquirió una enorme fortuna, se convirtió en agente doble o influyó en las elecciones de Indonesia. Y aún faltan personajes: Truman, Nixon, Kim Il Yong...
Incluso su padre, antiguo comunista, vivió la revolución rusa y se enfrentó a las nacionalizaciones de la tierra el mismo día que adquirió una propiedad privada.

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La novela es irónica, divertida y llena de ritmo. El final inimaginable (incluso veremos a un elefante acomodado en la caja de un camión o volando en avión).  Las situaciones se solucionan de una manera espectacular, y si alguien busca una trama detectivesca la va a encontrar. Recomiendo encarecidamente el libro para tener una "divertida" pero profunda y completa visión de la historia internacional desde los años treinta hasta el fin de la guerra fría. Incluso para ser leída en un nivel como 4º de ESO.

Teodoro Fernández.