Y aunque otros olviden tus festejos
Las noches sin amos quedaron lejos
Y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta
No importa lo que digan los espejos
Tus ojos todavía no están viejos
Y miran, sin mirar, más de la cuenta
Tu esperanza ya sabe su tamaño
Y por eso no habrá quien la destruya
Ya no te sentirás solo ni extraño.
Vida tuya tendrás y muerte tuya
Ha pasado otro año, y otro año
Les has ganado a tus sombras, aleluya.
Hoy tu tiempo es real, poema de Mario Benedetti, dedicado a Maradona
Los obituarios de la prensa de hoy dicen que la liga ganada por el futbolista Sócrates en 1982 fue el momento más perfecto de su vida. Lo hizo con una camiseta en la que se leía democracia, en un acto de compromiso frente a la dictadura que en ese momento asolaba su país, Brasil. No lo sabía y me ha alegrado conocerlo.
Recuerdo a un futbolista alto, desgarbado, barbudo y con "greñas", algo parecido a los grupos de música heavy que por ese momento triunfaban por el mundo. El uniforme amarillo y azul de la selección brasileña y el juego preciosista y de toque me hicieron disfrutar de un deporte más allá de lo que era el juego de barrio o del patio de colegio que practicaba por entonces. Nombres como Zico, Junior o Cerezo se unían a los Rumenigge, Platini o Dassaev. Y entre ellos el famoso gol de Señor, o el juego de Maceda o Rincón. Todos ellos componen una parte de esos recuerdos de infancia y adolescencia que resurgen cuando una noticia como la muerte de Sócrates hacen aflorar sentimientos olvidados. Estos nos llevan a un pasado no muy lejano, pero que cada vez sentimos como más remoto.
Leer estos días que "Tacón" Sócrates se debatía entre la vida y la muerte me trasladaron mentalmente al verano de 1982, al verano del mundial de España. Me recuerdaron que algún día fui más joven y que admiraba a deportistas mayores que yo. Ahora veo a jóvenes deportistas que han ocupado ese lugar y que nos transportan de la vida diaria al mundo de los sueños.
Recuerdo, por entonces, un reportaje en el Telediario en el que Sócrates mostraba sus excelencias futbolísticas y el famoso toque de tacón lanzando penaltis:
Y recuerdo de esos años que componen en mi imaginario el momento de formación inicial que ahora me acompañan y que intento transmitir. Un deporte como el fútbol; una imágenes a color en los primeros televisores con este sistema y unos recuerdos de un mundo ya pasado me hacen pensar y plantear en los efímero de la vida.
Hoy enseño, o al menos lo intento, historia; y una parte de esa historia es el mundo que ahora viene a mis recuerdos a través de esta triste noticia. Por eso he querido compartirla. Y lo he hecho con la convicción de que lo que hoy soy se lo debo a momentos compartidos con personas a las que no he podido y, creo que nunca habría podido decírselo. Aunque no pueda, aunque no lo haya hecho, a todos ellos gracias.
A Sócrates, gracias, porque nunca marque un gol de tacón, pero una vez, siendo niño lo intenté. Y creo, que el próximo penalty que lance a mis hijos, lo haré de tacón. Y antes les diré: Como lo hacía "Tacón" Sócrates. Decanse en paz.
Teodoro Fernández
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